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Boric emprende viaje clave a Asia bajo la sombra de tensiones con China por Cerro Ventarrones y Rucalhue

El presidente Gabriel Boric iniciará el próximo 9 de mayo una gira de casi una semana por Japón y China, en un viaje que podría marcar un punto de inflexión en la relación entre Chile y el gigante asiático. Si bien el mandatario asistirá a instancias de alto nivel como la Expo Osaka 2025 y la cumbre CELAC-China en Pekín, la visita estará teñida por un trasfondo incómodo: los reclamos chinos por dos proyectos sensibles.

Por un lado, el proyecto astronómico en Cerro Ventarrones (región de Antofagasta) quedó congelado tras presiones de Estados Unidos, que alertó sobre un posible “uso dual” —científico y estratégico— de la infraestructura, generando una reacción diplomática airada por parte de Pekín. La embajada china en Chile acusó a EE.UU. de “intentos neocoloniales” e invocó la Doctrina Monroe como telón de fondo del conflicto.

Por otro lado, el atentado incendiario en la central hidroeléctrica Rucalhue, de capitales chinos, en la región del Biobío —donde más de 50 vehículos fueron destruidos—, fue interpretado por la República Popular como un grave incumplimiento de garantías mínimas para la inversión extranjera.

Aunque Boric ya tuvo un cara a cara con Xi Jinping en la APEC 2024, esta nueva bilateral —gestada con apoyo del presidente brasileño Lula da Silva— ocurrirá en un clima de fricciones que pondrá a prueba la capacidad diplomática del gobierno chileno para equilibrar su relación con las dos principales potencias del mundo.

¿Aliado estratégico o socio incómodo?
China sigue siendo el principal socio comercial de Chile, pero estas tensiones revelan los límites de una diplomacia “multilateral” en un mundo cada vez más polarizado. El viaje del Presidente no solo es simbólico: podría tener efectos concretos en futuras inversiones, ciencia e incluso en la seguridad nacional.